Joven líder del clan de la Salamandra. De padre americano y madre polaca, Anika creció en una familia de Parentelas de las Furias Negras. Sabiendo que tarde o temprano iba a ocupar el puesto de líder de su clan, se esforzó en mejorar sus dotes de palabra y negociación.

Fuerte y letal en combate, Anika utiliza una variante rudimentaria del estilo murmillo (sin utilizar escudo) en sus formas de batalla. Este tipo de lucha se ha conservado a lo largo de su linaje familiar, de origen romano.

Tras el desastre de Copenhague, Anika se preocupó porque sintió la energía del Wyrm fluyendo por el mar. Una casa que pertenecía a sus antepasados empezó a mostrar signos de grave corrupción y varios miembros de su clan desaparecieron; la Umbra de la zona estaba poblada por Perdiciones y espíritus malvados.

Desesperada porque los efectivos de su pequeño clan iban mermando, encontró ayuda en los Zarpas de Teluria, que huían de Copenhague. La manada, liderada temporalmente por Faustino Falguera, consiguió derrotar a la perdición Aghoderitenimon que embrujaba la casa a costa de perder dos miembros más del clan de la Salamandra y a Bayushi Kachiko.

Agradecida, Anika permitió que el Tótem de su clan, Salamandra, bendijera a la manada de Garous cántabros; también firmó un pacto de alianza para cuando los Zarpas de Teluria comenzasen su asalto al Peñasco Blanco para recuperar su clan.