Información Mauricio es un hombre de aspecto taciturno, con la piel gris como una roca y una larga melena de pelo blanco salpicado por destellos de ceniza. Sus ojos se han vuelto anaranjados y carentes de sentimiento, La transición a Arcanae le ha privado de vida, mostrándose como una estatua esculpida en piedra antigua; es una persona insegura, casi sin confianza en sí misma, pero con un gran potencial tanto físico cómo espiritual. Debido al linaje de su hermana posee sangre Changeling, lo que le permite reconocer poderes feéricos.
Compartió romance con Aránzazu y fue padre de un niño llamado Adán. Su última misión como Garou fue en Copenhague, en un encargo diplomático para el Viento de Acero. La situación se torció cuando una manada de Danzantes de la Espiral Negra liberaron las Perdiciones conocidas como Filium Duae, unos gemelos demoníacos que tenían el poder de congelar todo a su paso. La ciudad de Copenhague y sus alrededores cayeron bajo las malas artes de los Filium Duae, haciendo que Mauricio perdiese a su compañera sentimental y a su hijo; una profunda ira invadió el cuerpo de Mauricio e intentó plantarles cara, siendo asesinado.
Con ayuda de la misteriosa fuerza de John Doe, consiguió regresar a la vida y absorber a los Filium Duae, apropiándose de sus poderes y heredando todo el sufrimiento que moraba en el interior de los hermanos. Tras esta resurrección, Mauricio trascendió su piel y su espíritu, convirtiéndose en un Arcanae.
Mauricio fue partícipe de la Catástrofe de Bilbao. Acudió en ayuda de sus antiguos compañeros del Viento de Acero y el Peñasco Blanco cuando la ciudad fue asaltada en un ataque coordinado de la Perfidia y la Justicia Metálica. La batalla fue tan cruenta que decidió inmolarse, liberando una fuerte ola de hielo por todo el lugar, congelándolo igual que hicieron los Filium Duae en Copenhague. La energía hizo que la tierra se hundiese bajo el mar, consumiendo la ciudad de Bilbao bajo el Mar Cantábrico.
Actualmente se encuentra en lo alto de la Torre de las Almas, un pilar de cristal que se ha formado en el centro de la ciudad hundida y en el que se están encerrados todos los cuerpos de los que murieron en la catástrofe, congelados en hielo perpetuo.