José era un prometedor jugador de fútbol del Racing de Santander; un buen delantero, a sus 18 años ya había recibido ofertas de contrato para el Real Madrid o el Fútbol Club Barcelona.

Pero las drogas lo perdían; pasaba la mitad de su tiempo libre de fiesta por las calles de Santander o de Bilbao, aprovechándose de jovencitas gracias a su fama y consumiendo todo tipo de sustancias sintéticas.

Una noche de fiestón, un grupo de violentos pandilleros le pegaron una paliza, despertando su hombre lobo interior. José se despertó a la mañana siguiente envuelto en vísceras y órganos de alborotadores. Un escéptico Rufus Sentinel lo recogió y se lo llevó a sus instalaciones del Viento de Acero.

Reaccionó como lo haría cualquier joven adicto a la juerga y a las drogas, sin creerse sus tareas como Garou. Rufus le asignó una misión sencilla de reconocimiento junto a otro Cachorro recién despertado para que probase sus nuevas habilidades.

José y su nuevo compañero se aprovecharon de su condición Garou para sembrar el pánico en el barrio de Indautxu, asesinando a inocentes en una breve pero violenta sucesión de atracos, asaltos y atropellos. Cuando entraron en uno de los burdeles de Erik Angelus, se encontraron con los Ghouls de éste; José Burdok no se esperaba encontrar su muerte tan prematura a manos de varios esbirros vampíricos.

Rufus Sentinel aún recuerda con vergüenza los primeros Garous que reclutaron en España.