El personaje que utiliza este Don inyecta a su víctima una toxina muy poderosa mediante la picadura. Este veneno necrótico es muy similar al de la araña solitaria marrón, pero sus efectos son mucho más rápidos. La carne simplemente se muere alrededor de donde se produce la picadura, y las toxinas son lo bastante fuertes como para matar a un humano adulto en quince segundos. Además, el veneno se extiende, afectando a más carne sana cada asalto.

Primero, el personaje debe lograr picar a su víctima; entonces, invierte dos puntos de Gnosis y hace una tirada de Gnosis contra una dificultad igual a la Resistencia de la víctima +5 (nunca superior a 9). Una vez que el veneno necrótico entra en el organismo del objetivo, inmediatamente siente la agónica quemadura del veneno en acción. <br/> El blanco recibe un nivel de salud de daño agravado no absorbible cada turno; el veneno sigue haciendo efecto durante un turno por éxito. Se desplaza por la corriente sanguínea, matando los glóbulos rojos y todos los tejidos que encuentra a su paso. Los restos de una víctima que muere a causa de este Don están lo bastante licuados como para que el hombre araña se los "beba", y pueden emplearse para curar cualquier herida que haya sufrido, como si estuviera bebiendo sangre. <br/><br/> Aunque este veneno funciona contra los vampiros, pueden expulsar su propia sangre (mínimo, cinco puntos) para purgar las toxinas de su cuerpo. Durante este tiempo, el vampiro no puede hacer nada más. La mayoría de los vampiros jóvenes sólo pueden "desperdiciar" un punto de sangre por turno, quedando completamente vulnerables durante al menos cinco turnos. A los Ananasi no les afecta este Don.