Aunque sigue estando en Malfeas, Ananasa permanece bastante activa en lo que se refiere al cuidado de sus hijos. Los Dahmàn notan su tacto cada día de sus vidas. A veces Ananasa acepta a otros Óvidos como hijos adoptivos, pero resulta excepcionalmente raro (y asbolutamente imposible para los Córax). Tiene más predisposición hacia los Uktena, los Bagheera, los Bubasti y los Mokolé.

Ananasa proporciona a sus hijos +3 a Ocultismo y +2 a Enigmas, pero los hombres araña sólo pueden emplear ese regalo mientras meditan en su Nido. Los otros Óvidos tienen que estar solos para solicitar cualquiera de los dos rasgos. Además, Ananasa siempre es consciente de las acciones de sus hijos, y es más activa que la mayoría de los tótems en lo que se refiere a aconsejar a sus hijos más antiguos (en este caso, sólo a los Ananasi).

Los Ananasi deben obedecer siempre las leyes de su "Letanía" como un mandato sagrado. La violación deliberada provoca que Ananasa retire su consejo; las ofensas reiteradas son causa de castigos más duros. Sus hijos entre los otros Óvidos deben cooperar con los Ananasi cuando se lo pidan, y no se les permite meterse en una situación sin al menos una vía de escape.