En ocasiones conocido como la Necedad de Acreón, este rito puede utilizarse para castigar a un humano que ha ofendido gravemente a los Garou. La ofensa no tiene por qué haber sido contra un Garou en sí, sino que puede ser cualquier acto realizado contra Gaia o sus hijos. Este rito hace caer el Velo, obligando al humano a ver y recordar a los Garou durante toda una noche de cacería. El Maestro del Rito deja una pequeña bolsa de estiércol y hierbas en llamas cerca de donde duerme la víctima. Cuando ésta despierta, el Velo se ha quemado y desaparecido de su mente.

La caza que se produce a continuación puede finalizar con la muerte del humano, aunque también se le puede dejar con vida. Los humanos que sobreviven suelen quedar transtornados, pues sus mentes no están preparadas para aceptar la verdad que revela este rito. Sin embargo, unos pocos consiguen superar su miedo y curarse. Este rito no se considera una violación de la Letanía.

El Maestro del Rito debe poner la bolsa de estiércol y hierbas a menos de 3 metros del lugar donde duerme la víctima. La bolsa empezará a arder cuando el celebrante ejecuta el rito, aunque no es necesario que esté cerca de la bolsa para activarlo. Un fallo dejará intacto el Velo; un fracaso provocará que el Garou sea quien sufra el Delirio durante una noche.