• Fecha en ficción: 28-03-2004
• Fecha de juego: 20-11-2006

Aránzazu despierta sola en su piso, con el silencio como único compañero. Una nota de Mauricio, escueta y definitiva, le revela que ha regresado a Cabo Mayor para reencontrarse con Lydia, insinuando su intención de morir. Ignorando la petición de no seguirlo, Aránzazu se lanza a la carretera, impulsada por una mezcla de angustia y determinación. En los acantilados, entre rocas y viento salino, encuentra un trozo de su abrigo, pero no a Mauricio. Decide descender por el terreno abrupto, adoptando forma Glabro para sobrevivir al peligro físico y espiritual que se avecina.

Al cruzar a la Umbra, presencia una escena que desafía toda lógica: una serpiente marina descomunal, coronada por una figura femenina colosal, y en sus fauces un Crinos alado de colores imposibles que podría ser Mauricio… o algo peor. Aránzazu intenta avanzar, pero la mirada de la criatura la envuelve en un sopor irresistible. El mundo se desvanece entre brumas y sueño, dejándola desplomada sobre la roca, prisionera de una visión cuyo sentido aún escapa a su comprensión.